1 barra de jabón natural (preferiblemente a base de aceite de oliva, coco o glicerina)
1 litro de agua destilada
1 cucharada de aceite esencial (opcional, para aroma)
1. Ralla la barra de jabón natural en trozos pequeños. Puedes utilizar un rallador de queso o un cuchillo afilado para hacerlo.
2. Hierve el litro de agua destilada en una olla grande.
3. Agrega los trozos de jabón rallado al agua hirviendo y revuelve constantemente hasta que se disuelva completamente.
4. Si deseas agregar un aroma agradable al jabón, puedes incorporar 1 cucharada de aceite esencial de tu elección. Algunas opciones populares son la lavanda, el limón o el árbol de té. Asegúrate de elegir aceites esenciales de alta calidad y que sean seguros para su uso en la piel.
5. Retira la olla del fuego y permite que la mezcla se enfríe durante unos minutos.
6. Vierte la mezcla en moldes o recipientes de jabón. Puedes usar moldes de silicona, moldes de muffins o incluso recipientes de plástico reutilizables.
7. Deja que el jabón se endurezca y enfríe completamente. Esto puede llevar varias horas o incluso hasta un día, dependiendo del tamaño y grosor del jabón.
8. Una vez que el jabón esté completamente sólido, desmóldalo cuidadosamente si es necesario y guárdalo en un recipiente sellado.
Ahora tendrás un jabón natural hecho en casa para usar en tus manos. Recuerda que este jabón no contendrá los mismos aditivos o químicos que los jabones comerciales, por lo que es posible que su duración sea un poco menor. Sin embargo, te brindará una alternativa más natural y suave para cuidar tus manos.