2 cucharadas de semillas de cardo mariano (disponibles en tiendas de alimentos saludables o herbolarios)
2 tazas de agua
Lava bien las semillas de cardo mariano en un colador y asegúrate de que estén limpias.
En una cacerola, hierve las 2 tazas de agua.
Agrega las semillas de cardo mariano al agua hirviendo.
Reduce el fuego a bajo, tapa la cacerola y deja cocinar a fuego lento durante unos 20-30 minutos.
Después de este tiempo, retira la cacerola del fuego y deja que la mezcla se enfríe.
Cuela la mezcla a través de un colador o una gasa en un recipiente limpio para eliminar las semillas de cardo mariano.
Transfiere el líquido filtrado a una botella o frasco de vidrio limpio y guárdalo en el refrigerador.
La leche de cardo puede tener un sabor amargo y terroso, por lo que es común consumirla en pequeñas cantidades. Se cree que esta leche de cardo contiene compuestos beneficiosos que pueden apoyar la salud del hígado.