¿Qué es la enfermedad por hígado graso?
El hígado es el órgano más grande dentro del cuerpo. Ayuda a digerir los alimentos, almacenar energía y eliminar las toxinas. La enfermedad por hígado graso es una afección en la que se acumula grasa en el hígado. Hay dos tipos principales:
Enfermedad del hígado graso no alcohólico
Enfermedad del hígado graso por alcohol, también llamada esteatosis hepática alcohólica
¿Qué es la enfermedad del hígado graso no alcohólico?
La enfermedad del hígado graso no alcohólico es un tipo de hígado graso que no está relacionada con el consumo de alcohol. Existen dos tipos:
Hígado graso simple: Hay grasa en el hígado, pero poca o ninguna inflamación o daño en las células del hígado. En general, el hígado graso simple no es demasiado serio como para causar daño o complicaciones al hígado
Esteatosis hepática no alcohólica: Existe inflamación y daños en las células del hígado, y grasa. La inflamación y el daño de las células del hígado pueden causar fibrosis o cicatrización del hígado. La esteatosis puede causar cirrosis o cáncer de hígado
¿Qué es la enfermedad del hígado graso por alcohol?
Como su nombre lo indica, la enfermedad del hígado graso por alcohol se debe al alto consumo de alcohol. Su hígado descompone la mayor parte del alcohol que bebe para que sea eliminado del cuerpo, pero el proceso de descomposición puede generar sustancias dañinas. Estas sustancias pueden dañar las células del hígado, provocar inflamación y debilitar las defensas naturales del cuerpo. Cuanto más alcohol usted bebe, más daña su hígado. La enfermedad del hígado graso por alcohol es la etapa más temprana de la enfermedad del hígado por el alcohol (o hepatopatía alcohólica). Las siguientes etapas son la hepatitis alcohólica y la cirrosis.
¿Quién está en riesgo de tener enfermedad por hígado graso? Aquellas personas que:
Tienen diabetes tipo 2 y prediabetes
Tiene obesidad
Son de mediana edad o mayores (aunque los niños también pueden sufrirla)
Son hispanos, seguidos por blancos no hispanos. Es menos común en afroamericanos
Tienen altos niveles de lípidos (grasas) en la sangre, como colesterol y triglicéridos
Tienen presión arterial alta
Toman ciertos medicamentos, como los corticoides y algunas medicinas contra el cáncer
Tienen ciertos trastornos metabólicos, incluyendo síndrome metabólico
Pierden peso muy rápido
Tienen ciertas infecciones como la hepatitis C
Han estado expuestos a algunas toxinas
La enfermedad por hígado graso afecta a cerca del 25% de la población en el mundo. Así como las tasas de obesidad, diabetes tipo 2 y colesterol alto están subiendo en los EE. UU., lo mismo ocurre con la tasa de enfermedad por hígado graso. Es el trastorno hepático crónico más común en los EE. UU.
El hígado graso, también conocido como esteatosis hepática, es una condición en la cual hay acumulación de grasa en las células del hígado. Esta acumulación de grasa puede ser causada por varios factores, como el consumo excesivo de alcohol, la obesidad, la diabetes, la resistencia a la insulina, la malnutrición o la exposición a ciertos medicamentos.
El hígado graso no alcohólico (HGNA) es la forma más común de esteatosis hepática y no está relacionada con el consumo de alcohol. Esta condición está estrechamente relacionada con la obesidad y la resistencia a la insulina. El hígado graso puede progresar a una enfermedad más grave llamada esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), que se caracteriza por inflamación y daño en el hígado. La EHNA puede conducir a cirrosis hepática y otras complicaciones graves, como insuficiencia hepática.
Los síntomas del hígado graso suelen ser vagos y no específicos, lo que dificulta su detección temprana. Algunas personas pueden experimentar fatiga, malestar en la parte superior derecha del abdomen y pérdida de apetito. Sin embargo, en muchos casos, el hígado graso no produce síntomas evidentes y se descubre incidentalmente durante pruebas médicas realizadas por otras razones.
El estilo de vida puede desempeñar un papel importante en el desarrollo del hígado graso. A continuación, se presentan algunos factores de estilo de vida que pueden contribuir al desarrollo de esta condición:
1. Consumo de alcohol: El consumo crónico de alcohol puede llevar al desarrollo de hígado graso alcohólico. El alcohol se procesa en el hígado y su exceso puede provocar una acumulación de grasa en las células hepáticas.
2. Obesidad y sobrepeso: El exceso de peso, especialmente la acumulación de grasa alrededor del abdomen, se asocia con un mayor riesgo de desarrollar hígado graso no alcohólico. La obesidad está estrechamente relacionada con la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2, lo que puede contribuir al desarrollo de esta enfermedad.
3. Dieta poco saludable: Una dieta rica en grasas saturadas, grasas trans y carbohidratos refinados puede aumentar el riesgo de desarrollar hígado graso. El consumo excesivo de alimentos procesados, azúcares añadidos y bebidas azucaradas también puede ser perjudicial para la salud del hígado.
4. Resistencia a la insulina y diabetes tipo 2: La resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2 están estrechamente relacionadas con el hígado graso. Cuando el cuerpo tiene dificultades para procesar la insulina de manera efectiva, puede provocar un aumento en la acumulación de grasa en el hígado.
5. Sedentarismo: La falta de actividad física regular puede aumentar el riesgo de desarrollar hígado graso. El ejercicio regular ayuda a mantener un peso saludable, mejora la sensibilidad a la insulina y promueve la salud general del hígado.
Es importante tener en cuenta que el hígado graso puede estar influenciado por múltiples factores, y la combinación de estos factores de estilo de vida puede aumentar el riesgo.
El tratamiento del hígado graso se enfoca principalmente en abordar las causas subyacentes y en realizar cambios en el estilo de vida. Esto incluye perder peso gradualmente si hay obesidad, llevar una dieta equilibrada y saludable, evitar el consumo de alcohol, controlar la diabetes y la resistencia a la insulina, y hacer ejercicio regularmente.
Existen varias plantas que se han utilizado tradicionalmente para promover la salud del hígado. A continuación, se mencionan algunas de las plantas más conocidas y estudiadas en relación con la salud hepática:
Cardo mariano (Silybum marianum): El cardo mariano es una planta ampliamente utilizada para proteger y promover la salud del hígado. Contiene silimarina, un compuesto que se cree tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, y que puede ayudar a regenerar las células hepáticas dañadas.
Raíz de diente de león (Taraxacum officinale): El diente de león es conocido por sus propiedades diuréticas y depurativas. Además, se ha utilizado para estimular la función hepática y la producción de bilis, ayudando así en la digestión de grasas. La raíz de diente de león se puede consumir en forma de té, extracto o suplemento.
Alcachofa (Cynara scolymus): La alcachofa es una planta que se ha utilizado tradicionalmente para apoyar la salud del hígado y la función hepática. Contiene compuestos como la cinarina, que se cree que ayudan a estimular la producción de bilis y a proteger el hígado. La alcachofa se puede consumir en forma de extracto, suplemento o como parte de una dieta equilibrada.
Cúrcuma (Curcuma longa): La cúrcuma es una especia conocida por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Se ha estudiado su potencial para proteger el hígado y reducir la inflamación asociada con enfermedades hepáticas. La curcumina, el compuesto activo de la cúrcuma, se ha investigado ampliamente por sus efectos en la salud hepática.
Regaliz (Glycyrrhiza glabra): El regaliz se ha utilizado en la medicina tradicional para tratar diversas afecciones, incluyendo problemas hepáticos. Se cree que sus componentes, como el ácido glicirricínico, pueden tener propiedades hepatoprotectoras y antiinflamatorias. Sin embargo, es importante tener precaución con el consumo excesivo de regaliz, ya que puede tener efectos secundarios en algunas personas, como aumentar la presión arterial.
Es importante tener en cuenta que, si bien estas plantas pueden proporcionar ciertos beneficios para la salud del hígado, es fundamental consultar con un profesional de la salud antes de comenzar a utilizar cualquier suplemento a base de hierbas. También es importante recordar que estas plantas no sustituyen un estilo de vida saludable